Uno bebe mucho café porque de alguna manera el cuerpo se olvida de las cosas cuando todo se calma. Ese regusto en la lengua se siente más cuando se toma café de San José de las Matas, Guázuma o Jamamú. Si llueve, el cuerpo camina más agitado o corre hasta encontrar donde cobijarse. Cuando ya no se siente húmedo, no se mueve. Uno quisiera que el café le llegara al alma. Cuando el café llega al alma, todas las cosas que sabes de él viven en ti como una pequeña luz que te hace responsable por la cantidad de personas a las que les compartes un sorbo de alegría en miles de formas.Fotografías, cafés, libros, poesías, experiencias y travesías.