Hoy me tomé un cafecito con un amigo. El también está emprendiendo.Emprender es lidiar con uno mismo, primordialmente. Sus comentarios me hicieron recordar lo que hice / hago para lidiar con algunos problemas. Le dije “puedes construir un muro entre lo que las personas te dicen o hacen y lo que tú sientes. Eso te permitirá decidir cuándo es que vas a procesar lo que las personas te dan, porque a veces uno no está preparado para escuchar algo, o no es el momento y las personas no lo saben. El error es dejarlo entrar” Tu corazón es una fuente de luz para esta idea. Cuídalo.No te digo que lo ignores, solo no lo dejes entrar en ti, sin tu anuencia. La magia de cualquier proceso de cambio, y un emprendimiento lo es, es poder interiorizar y elegir a consciencia lo que uno precisa.Las personas harán cosas, dirán cosas, en algunos casos lo harán explícitamente, en otros casos, nunca te dirán, pero lo hacen, y de eso también tendrás que cuidarte. Si ni siquiera te dicen, no es el momento de enfrentarlo. Ahí tendrás que aprender a ser paciente.. Todos tienen la mejor intención de ayudarte. Te sorprenderá lo que las personas hacen cuando se sienten amenazados. Prepárate para enfrentar. Sentirán miedo de afrontar el cambio. Cambia tu primero. Siempre lidera el cambio amigo mío. Haz que todo suceda.Todos ponemos emociones y sentimientos en juego cuando expresamos lo que sentimos, cuando hacemos algo por alguien, cuando abrimos una puerta o les decimos que pueden contar con uno, y siempre queremos sentir que se nos trató bien, o que se nos retribuyó el esfuerzo. Somos buenos demandando afecto. Somos jueces, abogados, cómplices, víctimas. Sé desprendido. Sé amable al dejar ir. Acostúmbrate a dejar ir. Es lo que más uno hace.Se lo dije a Daiana una vez, y te lo digo a ti, tienes que agarrarte de eso interno que tú sabes que fue lo que te motivó a empezar, y que no importa lo que pase, debes encontrar diariamente la manera de trabajar en eso, principalmente. Es difícil que el miedo afecte a uno si conectas con esa sensación plena de haber encontrado sentido en el hacer.