Cuando los franceses trajeron el café a América, que lo sembraron en Martinica, tenían la esperanza de que produjera igual que lo hacía en Etiopía. Lo intentaron en varios sitios de Europa. Cuando lo trajeron a La Hispaniola, lo sembraron en Dondón. Luego en la Sierra de Neyba. Todo lo que hacían lo hacían por ideas, esperanzas, locuras-A veces nos gusta escribir las historias a conveniencia. Hacemos creer que todo es el resultado de un plan metódico que siempre tuvimos. Las verdaderas hazañas, las más singulares de las ideas salieron de inventivas, de sueños locos, de pasiones, de un montón de razones inmateriales que nunca obtendrán la forma de un número ni nada que se pueda comparar-Son esas mismas pasiones que mueven a las personas a hacer lo que hacen, independientemente de lo material y tangible que se pueda obtener. Si pensáramos más en exaltar lo invaluable