He encontrado algunas personas estupendas en este trayecto, mentores excepcionales. La historia comienza con alguien que me deja una tarjeta en uno de los lugares donde vendo el café. Y sigue con una persona que trabaja para una empresa multinacional que se inscribe a uno de nuestros talleres de café a ver si es verdad que estamos haciendo esto en la querida, y soslayada en el tiempo, República Dominicana. Y luego resulta que, sin darnos cuenta, estamos conectando a Nestlé con Neyba. Y Pedernales con Canadá.Aunque a veces se siente como que se nos derrumbara una pared encima, lo que realmente estamos haciendo es un camino. ¡No importan los escombros, no!Ayer mismo pudimos armar los talleres de la Escuela de Café en Santiago gracias a personas afables que confían en nuestro talento especial, y nos ofrecen su apoyo y su guía y no tenemos con qué pagarles tanto amor. ¡#Santiago, tú sigues!