Camino a Duvergé me detuve en la Escuela que está en la entrada del pueblo, y me senté debajo de un árbol que tenía, por su apariencia muchos años. Una señora me dijo que estaba buena la sombra. Aproveché para preguntarle si en Neyba había café. Adio’mijo Neyba no es uva nada más. Cinco años después me encontré con un grupo de agricultores de la Sierra cuando visitaba Barahona y así nació nuestro origen único de esa región. Después descubrí que los muchachos habían ido a Italia a educarse en café. Mi próximo sueño es que la gente no tenga que salir de aquí para encontrar conocimiento y oportunidad en el mundo del café.