Cuando uno va subiendo a la finca en Villa Margarita se olvida de que detrás el horizonte se descubre aunque no nos demos cuenta.Muchas veces así está uno, enfocándose mucho en el camino. Y los horizontes dibujándose a nuestras espaldas.Si fuésemos más como la naturaleza nos mostráramos todo el tiempo como somos,Ajustando las perspectivas según la utilidad. Guardaríamos lo mejor para aquellos que inviertan tiempo y recursos en descubrirnos.Y valdría la pena.