Mezclar dos mundos no es nada fácil.Por un lado ser criticado por aferrarse a las costumbres que reflejan nuestra originalidad y autenticidad. Buenas o malas, la greca, el colador de tela tienen su razón de ser. Me gusta apoyar la memoria que tienen las personas de cuando su abuela les colaba el café. Me gusta vender café molido, hacerle un poquito fácil y rica la vida a gente que tiene muchas preocupaciones en un Santo Domingo intensamente entaponado.Pero me siento muy bien. Estuve sentado en el salón principal de la Organización Internacional del Café, dije que me toca poner la bandera dominicana en ese lugar. Saqué dos certificaciones de Tostador de Café de la asociación con mayor reputación y más importante del mundo del café de calidad. Mi tesis fue sobre el uso de la pulpa del café para mejorar cultivos utilizando técnicas de fermentación que impactan positivamente el medio ambiente y mejoran la calidad de vida de agricultores pequeños. Desde el año pasado he contribuido al desarrollo social de gente que vive a la rivera de la frontera, (que a veces no tienen qué comer), con gente buenísima de Sajoma que tienen una dinastía en agricultura, con gente increíble de Neiba, que tiene el corazón más grande de toda la isla. Y no me cansa, me gusta muchísimo luchar, contar la historia, la buena, la mala. Es taaaaan emocionante, no hay forma de parar.#dearyou #icandothis