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noviembre 17, 2018
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noviembre 18, 2018

Esperanza e Inocencia son hermanas. Vestidas con suéteres dobles y algo que les cubra la cabeza, llegan al cruce de Neyba con la salida del sol todos los días cargadas de uvas para vender. República Dominicana, cuando la conoces bien, te enciende una ilusión alrededor de todo lo imposible que puede darse aquí.Somos un país caribeño, Pedro Mir dice que colocado en el mismo trayecto del sol. Un país en el que llueve bastante. Lo que haría difícil que se pueda producir uva en este clima tropical. Pero la Sierra de Neyba tiene esa particularidad. No solo nos da uvas, sino que también nos da café.Recuerdo con mucho agrado que Inocencia (la de la derecha) me dijo que la gente de Neyba es loca con el café. Uno podría pensar que las uvas de Neyba no pueden usarse en vinos de calidad. Varios estudios han determinado que sí se puede.Precisamente en vinos, uvas y sus derivados, nuestro país gasta más de 600 millones de pesos en importación cada año. Si Neyba (y otros lugares) de RD recibieran apoyo para consolidar su producción, el país generaría muchísimo más. ¿Has probado nuestro café de Neyba?#neyba #dominicanrepublic #wine #wehaveitall #repúblicadominicana #grapes #agriculture

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